Bueno, era hora de desempolvar un poco mi blog. Le estoy sacando un poco las telarañas, no sólo a la página, sino a mis dedos que hace siglos no escriben algo.
Bueno, no tanto. Tengo algunas cosillas escritas por ahí, pero nada que aún valga la pena.
Últimamente no tengo tiempo para nada. Pero tengo la cabeza que me late como un bombo en plena época del festival en Cosquín.
Llegué a mi punto de crisis. Nunca les pasó? Bajar y bajar hasta el fondo, bien al fondo. Y de ahí a subir de nuevo. De a poco, con paciencia y mucha voluntad.
Les voy a contar una historia con metáforas...si es que alguien tiene paciencia para escucharla (o leerla). Así me explicó un poco las cosas una amiga, una muy buena amiga (crease o no, mi alterego).
Imaginemos la vida como una casa. Cuando nacemos, nuestra vida, nuestro ser, nosotros mismos, no tenemos una casa armada. Nuestros padres nos consiguen los primeros ladrillos, pero desde el primer respiro la responsabilidad de ponerlos es nuestra. y poco a poco, con los primeros pasos, las primeras palabras, nos vamos armando ese lugar dónde vamos a vivir el resto que nos quede de vida.
Ah, la adolescencia es complicada...y sufrimos tantos ataques de renovación de cuartos que no los podemos ni explicar!! Y eso sin contar los temblores y desastres naturales que nos acechan.
Hubo una vez cierta muchacha (por supuesto, yo misma) que se había armado una linda casita para vivir. Le había costado muchos, muchos esfuerzos, pero al fin era un lugar tranquilo donde vivir.
Pero tenía pánico de salir, y mucho más aún de que alguien entrase a su refugio para arruinarlo. No podría soportar que alguna de sus cosas se rompiera, se ensuciara, se arruinara.
Pero tenía una hermosa ventana dónde podía ver el sol. Y el calor del sol era lo que más anhelaba.
poco a poco el sol comenzó a entrar en su vida, por un resquicio de ventana que dejó abierta. Y comenzó a ser realmente feliz.
Ah, se enamoró de un adorable rayo de sol. Y cuando abrió la puerta sólo entró una gran tormenta.
Y la pequeña casita se vino abajo.
No tuvo el valor de tantas otras personas de rehacer su casa, su vida, como tanta otra gente. Se quedó en sus ruinas, completamente sola y aislada. Dónde nadie podía acercársele. De pronto salía al derrumbado jardín y se acercaba a alguien, pero jamás estaba realmente cerca. No, cerró las puertas de su casa definitivamente, y por más ruinosas que fueran jamás dejó a nadie entrar de nuevo.
Un día se acercó un hombre amable, joven, fuerte, apuesto...comprensivo. Y él le dio el cariño que necesitaba.
Pero él no vio las ruinas, no. Ella no se lo permitió y él no quiso verlo. Y en vez de ayudarla a reconstruirse, la llevó a otro lugar.
El espacio era pequeño, reducido. A veces sentía que se ahogaba. Pero allí había paz. No había destrucción ni goteras. No hacía frío, no sufría de calor. Era un lugar cómodo y seguro.
Y los años pasaron, uno atrás de otro. Y jamás volvió a abrir esa puerta, la de su corazón. Estaba ahí, pero no sentía. Jamás iba a dejar entrar a nadie en su casa.
Y así conoció a alguien. Distinto. Totalmente distinto y diferente.
Y si. Eso que había cerrado y creía sellado para siempre volvió a abrirse. Y encontró sus ruinas. Se reencontró con ellas. Y poco a poco las asumió. Entonces, de a poco, decidió volver a sus ruinas.
Se dio cuenta que no necesitaba un espacio tan chico, que necesitaba más. Si, era cómodo. Claro, era seguro. Pero había más allá y merecía más allá.
Se arriesgó. Después de tantos años se arriesgó. A perder el confort, la seguridad. Se arriesgó a tomar una mano desconocida y codo a codo reconstruirse de nuevo.
Y fue un camino muy difícil. Ah, no recordaba pobre muchacha que arriesgarse costaba tanto. Que empezar de cero costaba tanto.
Y así y todo aún lo intenta.
Todavía sigue intentándolo.
Con mucho, mucho esfuerzo.
Ahora bien, si alguien es capaz de entender, siquiera contemplar, la metáfora de mi vida...espero me puedan explicar un poco a mi cómo rayos hago para explicarle a mi novio en que caso de relación se encuentra?
Claro, desde el principio lo expliqué...pero...quién puede entender?
Básicamente, ni yo me entiendo.
Igualmente, gracias por escucharme.
Con todo el afecto
Hika ♥
(más loca que nunca)
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