domingo, 28 de julio de 2013

Por las noches la soledad desespera

Hace mucho tiempo que no escribo. Probablemente sea un exceso de felicidad. Nada de esos amores trágicos en los que le escribís al amado pero no sos correspondida o ese ser amado no se ha enterado de ese dulce suceso del nacimiento del amor. Amor si, pero el más real, el crudo, el humano, ese en el que arriesgás todo, si, pero de a poco. Dos seres que invierten tiempo de su vida para conocerse, para entenderse, e intentar armar una vida juntos. Y que sola, sola solita sola, esa atracción inicial se transforme en amor. Así que mis manos, oxidadas de tan poco escribir, no saben muy bien que están haciendo. Pero necesitan escribir. Hay algo adentro mío que no encuentra desahogo. Es un exceso de vaya uno a saber que, con un poco de no entender nada. Pero es la insoportable calesita de las hormonas lo que me tiene así. Feliz, con una noche absolutamente distrayente y llena de carcajadas. Y con esta tarde gris, casi negra...en dónde la decepción autoinducida y una fuerte sensación a soledad son los únicos compañeros. Y me voy, extrañándote, con esas ganas de verte, y con ese sentimiento de que todo el mundo te tiene a su alcance, menos yo. Hika (te amo Sixx, pero necesito verte)

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