domingo, 13 de octubre de 2013

La soledad

Mucho tiempo atrás creía que la soledad más absoluta y más dolorosa era aquella que se producía cuando una estaba rodeada de gente. Pero estaba sola.
Hoy puedo decir que no, que no es la soledad más absoluta, ni la más desgarradora. La peor soledad que puede sentir un ser humano es esa en la que realmente necesitas de una persona específica para poder superar algo y esa persona te da la espalda.
Lo peor que puede sentir una persona es que, incluso en ese momento de angustiante soledad, a esa persona no le importe.
Que se lo digas, prácticamente gritando, llorando, con la desesperación a flor de piel. Y que jamás den tus motivos por válidos.
Eso te vuelve muda. No sólo sola, sino muda. Incomunicada. Loca.
Que todo lo que digas te lo pongan en tu contra, y sabes que no es así pero que al otro no le importe digas lo que digas. Que vos sos quien está mal. Que te reprochen cosas constantes. Porque vos te equivocas primero, porque vos vivís en el error.
Es querer romper algo y no poder. Es gritar hasta al cansancio pero que nadie te escuche. Es sentirse totalmente vacío por dentro.
La peor soledad que puedas sentir...es cuando aquel que necesitabas te ignora en el momento más preciso.

Porque no sabes que hacer de tu vida. Es intentar dar todo lo posible para darle a esa persona lo que habitualmente no podés. Y es que te rechacen. Es sentir que todo importa menos vos.

Es sentir la cachetada cuando esperabas una caricia. Es la decepción más pura y frustrante. Es sentir el dolor de la cachetada cuando lo único que realmente necesitabas con tu vida era ESA caricia. Para sentir que el mundo no se te desmorona a los pies. Que es mentira. Que todo va a estar bien.

Y te das cuenta que nada esta bien. Que todo puede ser peor. Que traicionar tus propios ideales por amor es el peor error de tu vida. Porque vas a cargar con eso sola, siempre. Y no vas a saber perdonarte. Y nadie va a estar ahí para levantarte.

Y ves que el corazón traiciona, siempre. Porque te entregás a algo que te va a lastimar. Una y otra y otra vez. Y no aprendés. Y queres que esa persona entienda un poco de lo que sentís. Pero no, no le llega. Nada llega.

Y terminas sintiendo odio. Odio hacia la misma persona que amás con todas tus fuerzas. Y no hay sentimiento más corrosivo que el odio.

Te sentís sola, muda, desamparada. ROTA. Muy rota. Y poco importante. Y es cuando te queres morir. Porque que importa?
Lo peor que podías haber hecho ya lo hiciste. Eso que no te deja dormir o comer o vivir en paz. El corazón que ya estaba roto, te empeñaste en destrozarlo una vez más por tu propia cuenta. Y dejaste que alguien más rompa eso que quedaba. Y es lo que más impotente te deja. El confiar y volver a confiar y dejarte destruir de a poco. Y en paralelo hacerlo vos misma. No sólo tu corazón sino tu alma. Eso que estaba impoluto, que sufría por vos, si. Pero que nunca habías manchado ni dejado que manchen. Había sufrido con vos. Pero vos decidiste desgarrarla.
Pisar con tu mismo pié lo que quedaba de tu corazón.
Y sentirte vacía.


Eso es la soledad.



Hika ♥ (rota)

No hay comentarios:

Publicar un comentario