viernes, 6 de agosto de 2010

Orgullo y Prejuicio

Amo a Jane Austen. Bueno, no sé si la amo o la odio. Depende el caso, seguramente. Anoche muy tarde y con el televisor encendido me topé con una de las genialidades más grandes del cine. Y no lo digo porque hayan gastado mucho en hacerla, ni porque los actores sean los más caros de la industria. Sino por la película en sí, por lo que cuenta y transmite. Orgullo y Prejuicio. Definitivamente prefiero el libro, leerlo es tan apasionante. No sólo podes comprender lo que sucede y meterte en la piel de los personajes. Sino en la historia. Casi casi podes vivirla, palparla. Hay veces que hasta podía sentir el olorcito a tierra húmeda. Pero aunque la película es una versión resumida de esa hermosa novela vale la pena haberme quedado dormida esta mañana sólo por verla. Oh Lizzie y Darcy! Que pareja hermosa, pero hermosa en serio. Más aún que Bingley y Jane, que son dos personajes encantadores, mucho más. La mente aguda y ácida de ella, junto con la inteligencia y la dulzura escondida de él…no sé, los adoro. Soy muy parecida a ambos. Orgullosa como nadie, terca, prejuiciosa. Me identifico con ambos de una manera que ni yo puedo explicar.
Y por eso amo y odio a Austen. Hubiese amado vivir en esa época que ella te pinta como maravillosa. Sé que no lo era, que es puro romanticismo, pero a pesar de que esta época que vivimos es mucho mejor, en esos tiempos el amor era tan fácil. No hay nada peor que añorar lo que nunca tuviste, verdad? Y yo añoro ese tiempo en el que una se casaba casi sin conocer con quién, y aprendía a amarlo. A veces eras feliz, a veces no. Y eso sigue exactamente igual. Eligiendo o no, no siempre tenés la garantía de ser feliz. Pero al menos ahí tenías la excusa. Y no te quejabas, de alguna manera u otra aprendías a vivir así. La vida no es color de rosa (y realmente lo agradezco porque odio el rosa), sin embargo la vivimos. En el 2010 o en el 1800, incluso antes. Es igual.
Y nadie me puede negar que no hay algo de romanticismo en los relatos de Austen. En imaginarse vivirlos. En Orgullo y Prejuicio, Sensatez y Sentimientos, en todas sus novelas. Quién no se imaginó alguna vez allí? En alguno de los tantos bailes o reuniones sociales? Con las cintas, los gorros, los vestidos amplios, altos.
No sé, les envidio eso a los protagonistas. Esa vida que acaso en estos tiempos parece a broma.

Al menos hoy, aunque mi ánimo esta mucho peor que ayer, me siento yo misma de nuevo. Escribir como yo escribo, pensar como yo pienso, sentir…
Sentirme yo, eso era lo que importaba. Mal, muy mal, pero yo misma. Rota, dolida, con ataques neuróticos y brotes de rabia y llanto. Descentradísima. Pero completamente conciente de quién soy y qué quiero. Qué pretendo de la vida. Qué es lo que siento. Y por qué lo siento? Vaya uno a saber. Pero es lo que hay, lo que me toca. Me guste o no. No lo elegí, nunca se elige. Quién elige a quién amar?
Pero estoy en paz conmigo misma. Porque me encontré de nuevo entre tanto vacío y sopor. Sigo un poco perdida, algo. Pero entre la bruma y el malestar de todo lo que siento y pienso, entre todos los espasmos del dolor, ahí seguía yo. Mareada, medio apichonada, pero yo.
Y eso para mí, hoy, vale muchísimo.

Un beso enorme

Hika ♥

(neuro-psicótica y en paz)

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