viernes, 2 de agosto de 2013

Alice in Creepyland ~*

Tell me, my dear little Alice...what's in your mind? Asked the Caterpillar while the smoke flung wild to the clouds. So the little girl stared at him, with her scary twisted smile, and speaked so innocentely and childish using the soft voice that made Caterpillar shiver.
Many scary things, dear...scary and creepy, creepy things.

Nadie reconocería a esa pequeña niña de dorados rizos como la niña que solía ser. Sus ojos, cada día más negros, brillaban con una chispa de maníaco placer, y su antes impoluto ropaje estaba casi irreconocible bajo las capas y capas de sangre y tierra. Poco quedaba del dorado de sus rizos, apelmazados en una sustancia irreconocible.
Habían pasado dos años ya desde que había llegado a este mundo, este loco y extraño mundo, tan poco apto para una niña.
Y la pequeña ya no sabía que era más terrible...si la sádica tiranía de la Reina Roja , con sus crueles torturas y demoníacas criaturas. O la Reina Blanca, con su locura siniestra y sus morbosa adicción a la sangre y al masoquista placer.
Su cabecita, su pobre pobre cabecita, corrompida por este particular y anormal desarrollo, veía más allá de lo que había. En sus ojitos se podía ver le trajín de su cerebrito, los cuerpos que planeaba abrir, la sangre que planeaba beber.
Un año entero tras las locuras de la Reina Blanca y su fiero sueño de tener nuevamente la corona. Un año de entrenamientos crueles, manos gentiles, cuerpos blandos y muerte. Sobretodo muerte. Y en sus manos.
Un año desde que el Jabberwocky se liberara de su ama, pero no con la tan deseada muerte de Blanca, sino con la desesperada muerte de Roja, y el control de todo. Y todos. Un año de buscar a su Sombrerero, un año de resistir la muerte.
Y sentada en el suelo contra un tronco un tanto raído, acariciaba su cuchilla mientras esperaba a Chessy. La mirada perdida mientras sus deditos recorrían distraídamente la filosa hoja, como intentando reconocer en cada coágulo un enemigo, en cada mella una herida. Y la maniática sonrisa, y el chispazo de morbo en la mirada, cuando una sonrisa igual de enferma asoma frente a sus ojos, trayendo al psicótico gatito a su regazo.



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Tal vez otro día siga con mi pequeña y (no tan) dulce Alice in Creepyland. Seguramente lo haga. Pero el punto es que...así me la imagino. No puedo ver un Wonderland donde todo sea Maravillas. Creo que hay algo más turbio ahí. Creo que Alicia en el País de las Maravillas es más que un we are all mad in here. Porque si, dicho sea de paso, imagino que si no hay locura, no hay mundo. Pero lo imagino más como la frase del principio...Many scary things, dear...scary and creepy, creepy things.


Que se yo, imagino a Alice pasando ese portal, corriendo a un conejo loco y llegando a un mundo donde todo es horror. Una loca sádica matando por el vicio de matar, por el poder. Por poder hacerlo. Y disfrutarlo. Y otra loca más, que camina como si flotara pero todo a su paso es muerte y gore, mucho gore. E imagino que todo eso está en su cabecita, que no hay Wonderland, ni Sombrerero, ni Reinas, ni Chessy's. La imagino viendo en su mundo a la gente pasar y ver monstruos que matar, tripas por doquier, y la satisfacción en la cara al saberse la creadora de ese grandioso desastre.
Ok, tal vez estoy peor yo que Carroll, pero bueno...es lo que hay.


Hika ♥ (Nunca había visto a un gato con sonrisa, pero mucho menos a una sonrisa sin gato)

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