lunes, 27 de septiembre de 2010

Sueños, sueños, pequeños sueños...

Espero sencillamente no cansarlos...pero es lo que hay...además che, es mi diario íntimo!
jajajaja!!



Ojalá pudiera despertarme a tu lado, cada mañana. Por más placentero que haya sido el sueño, despertarme es una tortura. Porque el calor de tu cuerpo se desvanece, tus labios se borran e invisible se vuelve tu figura. Desesperada te busco entre las sábanas frías aún sabiendo que no estás allí. Que nunca lo estuviste. Aunque tus besos y tus caricias me hayan parecido muy reales. Puedo tener sueños muy vívidos y realistas.
Ay, qué sería de mí sin mis sueños? Qué sería de mí si no pudiera escribirte?
Si pudieras siquiera comprender lo arduo que es no mostrarme entera, callar todo aquello que quisiera decirte… pero no debo hacerlo y por ello callo. Qué sentido tendría? A ninguno de los dos le haría bien, no sería bueno. Lo que realmente me sorprende es que no lo notes. No puedo obligar a mis ojos a no mirarte con amor, ni a mis labios a no besarte con ternura. Y cuando me quedo mirándote, mirándonos, después de cada beso, no notas allí que te amo? No sientes como si quisiera decirte algo? Siempre. Acompaso tu respiración a la mía, aunque siempre me falta el aire. Me aceleras el corazón con el más mínimo roce, con tus abrazos, y quisiera creer que sientes lo mismo cuando me miras con dulzura. Soy tan triste y tan feliz cuando tus labios se posan en mi frente, en cualquier parte de mi anatomía. A veces puedes ser tan suave. Te siento al lado mío ahora mismo, mientras te voy escribiendo. De pronto me siento cálida y llena de amor. Es una sensación extraña sentirme acompañada cuando estoy tan sola. Eso no lo tuve nunca antes. Y más extraño es el no escribirte cuando quiero sino cuando quieres que te escriba. Porque no puedo hacerlo a voluntad, no; las palabras no salen. Y por más que necesite matar el tiempo escribiéndote, sólo puedo hacerlo en ciertas ocasiones; como hoy. Tal vez sea que aún tengo tu perfume en mi piel, o que anoche te soñé con más intensidad que nunca. O simplemente te necesito demasiado.
Seguramente esa es la clave. Necesitarte, anhelarte y desearte con todas mis fuerzas para escribirte. Sólo así puedo. Y es que cariño, me había acostumbrado a negarte con tanto ahínco que querer liberarte aún me cuesta. Es un arma de doble filo amarte. Costó asumirlo, y ahora que lo he hecho me cuesta acallarlo. Soy tan frágil y tonta. Pero te amo y te necesito. Aunque nunca vaya a decírtelo, mi amor, espero de todo corazón que lo sientas.


Hika ♥

(romanticona yo?)

No hay comentarios:

Publicar un comentario